Las ocasiones en las que no nos permitimos cambiar de opinión, no dejamos ver nuestro parecer frente a otro, cuando aceptamos algo que no queremos hacer,… probablemente estamos favoreciendo a la larga nuestro malestar.
Si no dejamos a los demás hacer las cosas a su manera, podemos poner en peligro nuestra propia tranquilidad…
En ambos casos podemos entrenarnos en habilidades asertivas.